Hay un antiguo proverbio persa que dice que “un nuevo idioma es una nueva vida”, y el inglés es una de las lenguas que mejor refleja esta idea. Aprender inglés es una puerta abierta a más oportunidades laborales, una mayor oferta educativa y acceso directo a las últimas tendencias en ciencia y tecnología, entre otras muchas temáticas.
Se trata del idioma que utilizan más de 1.400 millones de hablantes en el mundo y el que nos resulta más familiar, porque aparece en un sinfín de series, películas y canciones. Es probable que incluso ya tengas algún conocimiento por haberlo estudiado con anterioridad, pero, ¿sigues sin conseguir entenderlo, escribirlo y hablarlo con fluidez?
Esto ocurre porque la mayoría de los métodos de enseñanza de inglés están planteados para los niños y no funcionan en los adultos, que tienen otro tipo de necesidades, habilidades y motivaciones.
A continuación, te presentamos 10 estrategias clave para aprender inglés de forma lógica y estructurada, aprovechando al máximo tu potencial y, lo mejor de todo, disfrutando el proceso.
Hoy en día, la forma más común para enseñar inglés, a cualquier edad, se basa en un enfoque inductivo. Es decir, los estudiantes aprenden observando ejemplos y suponiendo patrones, como cuando adquirimos nuestra lengua materna.
Sin embargo, varios estudios demuestran que en el aprendizaje de un segundo idioma el modo deductivo es más eficaz con los adultos, mejora su precisión en el uso de la lengua y les resulta más divertido. En este enfoque, primero se enseñan las reglas gramaticales, aprovechando así la capacidad de los adultos para razonar y aplicar normas ya explicadas.
Además, también se fomenta la autonomía y se facilita la memorización del contenido, pero tiene una limitación considerable: se enfoca más en la gramática escrita y la traducción, dejando en un segundo plano la expresión oral.
Aquí es donde el método Graf que emplea Berges Institute aporta un gran avance, complementando los ejercicios habituales del método deductivo con la práctica conversacional. Esto hace que ganes fluidez y confianza al hablar en inglés más rápidamente, y supone un extra de motivación para continuar con las clases.
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Leer en inglés es una de las maneras más efectivas de ampliar vocabulario e integrar la gramática. No importa si al principio vas despacio y necesitas buscar palabras en el diccionario, poco a poco verás cómo mejoras tu comprensión y tendrás acceso a una gran variedad de textos en su idioma original.
Puedes empezar por libros para principiantes o utilizar plataformas como Beelingu o Breaking News English, en las que encontrarás contenido adaptado a tu nivel. Cambiar la configuración del idioma de tus redes sociales, aplicaciones y navegadores al inglés también te asegurará una dosis mínima de lectura diaria.
Otra opción es revisar los guiones de tus películas favoritas en IMSDb y, por supuesto, sumergirte en novelas, ensayos, periódicos, revistas online y cualquier lectura que te anime a dedicar algo de tiempo cada día.
Practicar la escucha es esencial para afinar el oído y acostumbrarte al ritmo y las diferentes formas de pronunciar el inglés.
Las series y películas te aportan contexto visual y te permiten poner subtítulos en inglés, lo que al inicio te ayudará a identificar mejor las palabras. Además, cuando están protagonizadas por personajes que no hablan inglés suelen incluir diálogos más fáciles de entender. La Terminal o E.T., el extraterrestre, son dos buenos ejemplos de esto.
Por otra parte, los podcast suponen una alternativa muy práctica, ya que puedes escucharlos en cualquier momento. Tienes programas específicos para mejorar tu inglés, como Duolingo, BBC 6 minute English, y diversos contenidos de múltiples temas; solo debes escoger los que más te apasionen.
Si quieres practicar todo lo que vas aprendiendo, toca ponerse a escribir. Una buena idea para romper el hielo es comenzar con textos cortos, como comentarios en foros o grupos de redes sociales con los que compartas aficiones. Así te irás acostumbrando a expresarte por escrito en inglés.
En My Language Exchange o en Reddit es posible interactuar con otros estudiantes y hablantes nativos. Una alternativa más personal es hacer amigos por correspondencia en PenPal World o chatear en la aplicación HelloTalk (iOS y Android), que permite intercambiar mensajes y practicar en tiempo real.
Sea cual sea la opción que elijas, lo fundamental es escribir con regularidad. No te preocupes por los errores, ya que forman parte del proceso de aprendizaje. Es más, cada vez que encuentres y corrijas uno, alégrate, porque significa que estás progresando.
La pronunciación es una de las áreas que más intimida a quienes están aprendiendo inglés, pero, como todo, se mejora con la práctica.
La fonética del inglés es más complicada que la del español, ya que muchos sonidos no existen en nuestro idioma y no es fácil deducir la pronunciación de una palabra basándonos en cómo se escribe. Para asimilar mejor esta diferencia, es útil repasar el alfabeto inglés con la ayuda del alfabeto fonético internacional (AFI), que muestra cómo suenan las palabras de forma entendible.
Al igual que emplear alguno de estos recursos para perfeccionar tu pronunciación:
Cuando empiezas a hablar en inglés es muy normal cometer equivocaciones, pero no debes dejar que eso te detenga. La práctica conversacional es imprescindible para conseguir la fluidez que buscas y, a medida que te lances a charlar más, irás ganando confianza.
¿No sabes con quién practicar? Únete a grupos de intercambio de idiomas como los que se organizan en Meetup, con estudiantes y nativos dispuestos a reunirse en tu ciudad, o a conversar online.
También puedes apuntarte a apps de intercambio de idiomas, como Tandem, que te conecta con personas de todo el mundo o inscribirte en las clases de conversación de Berges Institute, donde conseguirás resultados más rápidos, fiables y efectivos.
Recuerda, cada interacción te acercará más a manejar con soltura el inglés, por lo que cuanto antes comiences a hablarlo mejor.
Varias investigaciones han demostrado que la memoria juega un papel crucial en el aprendizaje de una segunda lengua. Por un lado, tenemos la memoria declarativa, que se encarga de recuperar recuerdos de forma consciente, como el vocabulario básico y las reglas gramaticales. Por otro, la memoria procedimental, que ayuda a automatizar el uso del idioma en conversaciones cotidianas.
Una técnica efectiva para memorizar palabras y frases esenciales es agruparlas por temas. Por ejemplo, estudiando las partes del cuerpo o el lenguaje de las matemáticas. Y puedes apoyarte en aplicaciones como Vocabulary Builder, que ofrece listados de palabras clave, organizadas por nivel y por temática.
No dejes de practicar y, gracias a la repetición espaciada, consolidarás tus conocimientos. Además, está demostrado que aprender un segundo idioma también potencia la memoria episódica (recuerdos de experiencias personales), sobre todo en adultos mayores. Así que, cada vez que memorices vocabulario, piensa que estás mejorando tu dominio del inglés y, a la vez, obteniendo beneficios cognitivos para tu futuro.
El método deductivo facilita la asimilación de las reglas gramaticales al enseñarlas de forma clara y secuencial desde el principio. No obstante, siempre es aconsejable repasar la gramática aprendida para mejorar tanto la precisión en la escritura como en la expresión oral. Además, repasar de forma frecuente las lecciones combate la "curva del olvido", asegurando que lo aprendido perdure en el tiempo.
Para asegurarte de que la gramática de tus textos en inglés sea correcta, puedes utilizar la app Grammarly, que te proporciona correcciones automáticas y explicaciones detalladas de tus errores, ayudándote a escribir cada vez con menos fallos.
Mientras que el método Graf de Berges Institute te proporciona contenidos y ejercicios de gramática, para afianzar todos los conocimientos adquiridos en sus clases.
No se trata solo de establecer un horario, sino de encontrar los momentos más adecuados para crear hábitos y ser constante. Un buen truco es asociar actividades de tus rutinas con el estudio, como repasar el vocabulario al tomar café por la mañana, escuchar un podcast en inglés mientras haces deporte, o dedicar una hora de lectura antes de cenar.
Organízate de forma que mantengas un vínculo diario con el inglés, aunque no siempre le dediques el mismo tiempo. Y reserva un espacio para asistir al menos a una clase a la semana, para notar logros significativos en tu aprendizaje.
En Berges Institute puedes programar tus clases de acuerdo a tu agenda, lo que te permitirá avanzar a tu ritmo sin perder tu compromiso.
Definir objetivos específicos es una buena estrategia para mantener la motivación. A corto plazo pueden ser viajar a un país anglosajón o enviar el currículum para un trabajo que requiera saber inglés. A largo plazo resulta muy inspirador fijar una fecha límite para, por ejemplo, presentarte a algún examen oficial.
El IELTS (International English Language Testing System) está reconocido a nivel mundial por gobiernos, empresas y universidades. Obtener una certificación de nivel B2 o superior en este examen demuestra que tienes las habilidades necesarias para desenvolverte en entornos académicos y laborales de habla inglesa, con sus consecuentes ventajas para tu desarrollo personal y profesional.
Agenda una evaluación oral en Berges Institute para conocer en qué nivel de inglés estás y ajustar tus metas y expectativas. Se trata de que sean desafiantes, pero también alcanzables y realistas.
Por último, y quizá lo más importante: pásatelo bien estudiando inglés. La ciencia respalda que mejora los resultados, reduce el estrés y favorece la retención de la información al generar conexiones neuronales más fuertes.
Aprender inglés siendo adulto es un auténtico reto, pero con constancia, curiosidad y planificación, es posible dominarlo de verdad. Y, después de todo, ¿no lo hace eso todavía más interesante?
Teresa Morales es redactora de contenidos en Berges Institute.
